domingo, 7 de febrero de 2016

Soledad extraño tesoro

Después de enamorarme falsamente de incontables personas, aquí sola me encuentro, aprendiendo a amarme a mí, pues parece que éste es el camino de la auténtica felicidad, más me amo, más me aman.

Si me empiezo a mirar desde afuera, lo primero que haría es mandarme a hacer ejercicio, lo que sea, porque me sobran unos kilos. Más eso es una mirada superficial, porque en mi sonrisa hay ganas de pasarla bien, mis ojos ya no muestran la felicidad de unos años atrás, pues la separación y otras dolencias se han llevado mi alegría, aunque confío en que todo puede volver y hasta mejorado.





¡Cómo extraño las viejas épocas de la familia feliz que supe tener! Si tan sólo se me mostrase el instante en que se empezó a romper, volvería el tiempo atrás para arreglarla... extraño los domingos de amanecer acompañada y los lunes de quedarse dormido y casi llegar tarde al trabajo, el dormir acurrucados o que te despierten cuando palmás en el sillón... ahora que estoy sola amanezco porque tengo frío en la madrugada o por la mañana porque me duele una contractura o me da un rayo de sol... ya no hay quien me extrañe en la cama o en la mesa o en el sillón. Tampoco hay a quién extrañar, pues ya se fue y no volverá.

Soledad, este extraño tesoro que en mis manos está, con tu amargura plácida mi alma mancillás, suelto todo lo relacionado a tí, un acompañante deseo para mí, siento necesidad de recibir y dar, de sentir de proyectar de vivir y compartir... harta estoy de que sobre comida por calcularle mal, ya quisiera tener con quien disputar el último bocado de helado o la papa frita más grande... te extraño compañía, te extraño amante, te extraño pareja mía, te extraño monogamia linda y vida de acompañante.

A veces pienso que fue una anomalía lo que ocurrió en esos años en los que estuve en pareja y funcionó, pareciera imposible volver a amar, me muero de ganas, lo se, pero no aparece nadie que llene el molde, no soy muy exigente, pero mi corazón se habrá vuelto de piedra, hielo o polvo, pues parece no saber sentir nada más. Ninguno es suficiente o dura lo necesario, parece que no hubiese alguien para mí... no soporto la idea de que así sea. Así que en éste humilde pero solemne instante lo llamo, lo convoco, le solicito se haga presente en mi vida de forma que no pueda rechazarlo, que lo vea con los ojos de mi corazón que no haya dudas que podemos dar y recibir amor mutuo y desde ese fluir generar una relación sana. Pido que se manifieste, ruego que se muestre, solicito que aparezca pues necesito amar, necesito liberar todos éstos años de soledad e insatisfacción. Pido que me llene la vida de besos, que amarre mi existencia con caricias que fulmine mi corazón con una mirada y que me permita entregarme a sus brazos y que ese sea el mejor lugar del mundo por siempre.




Esto pido y es lo que obtengo, aquí y ahora, por y para siempre.