martes, 18 de julio de 2017

El llanto limpia, el llanto sana

Mis fotos de cuando era feliz me hacen llorar, siento un calambre en mis entrañas de lo que deseo volver a sonreir y reir como antaño.



Hace 20 kilos y 10 cortes de pelo atrás, mi vida era un poco rutinaria, había que cumplir con las obligaciones del trabajo, de la casa, con la familia, presentarse a los eventos familiares y sociales requeridos, con el atuendo adecuado y la sonrisa dispuesta. Lista para comentar los últimos avances en el trabajo o los de la nena en el jardín, sin hacer nada por mi vida interior, pero disfrutando cada día de esa vida "superficial" por la que hoy lloro tanto.

¿Qué me pasó?

¿Cómo es posible deshacer lo que llevó años construir?

Extraño tanto verme en una foto con la sonrisa inocente, con la mirada transparente y rebosante de amor.

¡Me quitaron la alegría de vivir! Se siente tan injusto

Tragar dolor se paga caro, no es suficiente mover cielo y tierra; una vez que te rompen, que te traicionan, que te amargan, ya no hay forma de volver a ser lo que se fue, pues serás lo mismo pero restaurado, siempre habrá una cicatriz. Por mucho que dejes el pasado atrás, siempre será tu doloroso pasado el que desde allí de diga que alguna vez fuiste feliz y te lo quitaron.

Me duele, me molesta, me da ganas de gritar.

Quisiera poder vivir el aquí y ahora feliz, pero aún la sombra del pasado, la pestilencia del dolor inunda cada rincón de mi presente.

Ya no quiero sufrir, quiero construir mi nueva felicidad, quiero volver a sonreir, a quejarme de que no tengo ni un minuto para dormir porque estoy re ocupada, hasta quisiera un jefe por el cual putear, una pareja para ser monógama otra vez, quisiera volver a soñar...

¿Cómo es posible que dos enfermos sean capaces de arruinarte así? Acá no se trata de ser fuerte y permitírselos o no, ya lo hicieron, ahora hay que seguir viviendo con eso.

Gracias a Dios la parte de la ira profunda, de la sed de venganza ya pasó, la verdad que un poco de resentimiento les tengo, pero ya no me imagino afilando el cuchillo con el cual los despedazaría si los viera,.. hoy no se qué haría si los tuviese en frente. ¿Qué decirles? Si ni siquiera tuvieron la intención de lastimarme así, estaban tan ciegos por su propia enfermedad, tan alienados por su forma torcida de ser que simplemente hicieron lo que pudieron, saben que está mal, que eso no debe hacerse, pero tampoco pueden controlarlo.

Y no me basta. No me calma ni me sana eso, no para el torrente salado que emana de mis ojos, no quita la presión de mi pecho, no. De día la disimulo, aunque cada vez es más difícil, la verdad es que hace dos meses que estoy durmiendo de día y sin poder dormir de noche, no hago nada productivo, o muy poco. Hay días que paso dos días sin bañarme, como si me diera fiaca. Veo mi casa desordenada y me limito a correr las cosas que me molestan para hacer otra y ya.

Hace tres meses empecé un cambio de muebles de lugar de mi casa, aún no termino de acomodar lo que moví. Triste, patético... o simplemente muestra que me derrumbé, que llevo años jugando a ser fuerte, a tratar de poder con todo, de cargarme el equipo al hombro y salir a jugar... pero ya no se cual es el juego ni las reglas.

Paso días enteros sin hablar con otros adultos. Los fines de semana que mi hija se va con el padre, no salgo a la calle, no me interesa cuidar de las plantas, ni me importa que el frente de mi casa esté sucio o descuidado.

Perdí mis motivaciones, mis ganas, sólo quedan unos pocos deseos dentro de mi y son tan improbables...

Corté todas mis relaciones con los hombres que me buscaban, sigo un par por chat, como quien se resiste a morir estando en coma.

Pero la verdad que pensar en depilarme, maquillarme o salir a un lugar con gente feliz y bien vestida me asquea.

Quisiera parpadear y volver a mi pasado o ir directamente a la parte de mi futuro en la que ésto dejó de pasarme.

Sin embargo, heme aquí, escribiendo una vez más, para tirar un par de días más sin desmoronarme y luego... ¿Qué me espera?

¿Bajar un nivel más hacia la decandecia absoluta?

¿El bendito punto de inflexión en el que ésto por fin cambia?

Por el amor de Cristo que ya no se cuánto tiempo más voy a poder soportarlo.

Se me acumula la ropa limpia, la verdad que generalmente saco de las pilas de ropa limpia lo que me voy a poner; planchar, doblar y guardar en placares y cajones parece ser una actividad que solía sucederme hace mucho tiempo atrás. ¿Lavar los platos a diario? Ppfff un despilfarro de energía, cada dos o cuatro días es suficiente,,, si total, con tanto delivery tampoco es necesario lavar tanto. Ni usando un plato, dos cubiertos y un vaso soy capaz de molestarme en lavar los platos del día.
Para colmo la vida quiso que en éste momento de mi vida hubiese 3 juegos de cubiertos en casa, con lo cual cuando se ensucian todos los tenedores o todos los 18 cuchillos, recién ahí se vuelve una posibilidad lavar los platos.

El papel higiénico, lo compro en paquetes grandes ¿Soy una ecónoma? Nooooo. Sólo que a veces cuando se termina, simplemente uso los rollos de cocina hasta que los rollos de cocina se terminan y recién ahí vuelvo a compar papel...

¿Qué me pasa? Nunca fuí ni estuve así, ni con el suicidio de mi padre me caí tanto.

Estoy por cumplir 36 años de vida y lo que yo conocía como vida, ya no existe, me abandonó, se esfumó, se fue, me dejó para no volver. (Creo que sobra aclarar lo que ya he dicho, habiendo cambiado yo, ya no puedo recrear lo que otrora hice).

¿Entonces tengo que volver a empezar?

Otra vez construirme, posicionarme, hacerme de nuevo... hoy no tengo ganas, perdón.

¿Soñar con un futuro? ¿En el que haya qué? ¿Con que fin? ¿Para que pueda venir un hijo de puta a traicionarte y cagarte la existencia, un sorete que se limpie el culo con tus sueños, un forro que limpie el piso con tus proyectos y se vomite sobre tus esperanzas? Perdón, pero yo ya no juego a eso, paso. Gracias.

Hace un tiempito atrás yo fui toda una fuerza de la naturaleza, dispuesta a cambiar el mundo y a ordenar a éstos zánganos, pero la verdad es que ahora me consume tanto dolor y preferiría vivir otra cosa.

De repente tener una de esas vidas chatas parece un paraíso. Seguridad, falsa, pero segura. Estabilidad, falaz, pero eficiente. Rutina, aburrida, pero dispuesta a cobijarme hasta el fin de mis días.
¡Hay lo que daría a veces por un poco de contención y apoyo, carajo!

Si mi abuela estuviese viva, ésto a mi no me pasaba. Ella que vivió hasta los 99 años y estoy segura que la amargó mucho en sus últimos años de vida saberme en semejante dolor y tragedia. Pasaron 2 meses y medio entre que le conté (por teléfono, muy flojo de mi parte) que me separaba y que falleció. Obvio que a los 99 le podía pasar, pero en mi fuero interno se que le dolió mucho, pues ella estaba segura que yo tenía un matrimonio sólido o bien yo tenía el temple necesario para sostener un matrimonio a pesar de que no fuese el ideal, porque yo era tan fuerte.

¡Qué maldición resultó la fortaleza!

A lo largo de mi vida me han elogiado mucho mi madurez, mi fortaleza, mi capacidad para superar los traumas, para evitar que lo adverso me quiebre o lastime. Yo, siempre tan alegre campanita, llevando alegría a todas partes, poniéndole sonrisa a todo, viendo todos los vasos con 3/4 de contenido... siempre tan asquerosamente positiva. Y tan orgullosa me sentí siempre de serlo, de ser quien veía lo positivo en todo y hasta se lo mostraba a los demás, sin ser naive, siempre vi la vida con amor y alegría.

Hoy me queda tan poco de cada uno.

Realmente, todos los días intento enamorarme de la vida un poco más.

Me estoy esforzando en encontrarle un sentido, no importa a dónde me lleve, ni siquiera me importa si es el correcto, una dirección que me saque de éste lugar doloroso en el que me encuentro.

Hace 6 días, después de mucho buscarme qué hacer para salir de ésta inercia existencial, me propuse terminar todas las telas que tengo bocetadas o en blanco. Si hiciera falta, hasta terminar las maderas que sobraron de los distintos proyectos decorativos que jamas logramos implementar con mi ex, pero que gustosos emprendimos y dejamos por la mitad (suerte que en el sexo no éramos así, si no, ni en esas épocas hubiese logrado ser un poco feliz). Me agarro de lo último que me queda, me lanzo al vacío a través de una paleta, los colores al rescate de mi alma, el arco iris llenando mi ser con un magenta, un cyan y un amarillo... a ver qué pasa.

Hace seis días tomé un cuadro que estaba en blanco y negro y le puse color.

Lleva 3 años bocetado y más de uno y medio dibujado en la tela... pero sin más colores que el blanco y el negro... sin embargo, hace seis días, al despertar me puse ropa para ensuciar con pintura y me senté durante toda una mañana a pintar. Como siempre, lo terminé en pocas horas.


Quedé muy satisfecha con el resultado final, es como siempre lo sentí. Lo hice con aguas vibradas y sangre menstrual, ya que estaba pintando, aproveché para incluir mis últimos "hallazgos" en experimentación artística. Fue hermoso pasar un día pintando, conectando con la imagen y con el momento de mi vida que me evoca, miro lo plasmado y es tal cual lo que viví y sentí. Tiene todo. 

Luego pasé una semana cumpliendo con lo mínimo indispensable y succionada por las series de tv que sigo por netflix. Perdiendo así vida, oportunidad y días, me avoqué a consumir arduamente televisión.

Pero hace un par de noches, me picó de nuevo eso de pintar. Como no siento las fuerzas necesarias para tomar los pinceles, anoche me dije, si no podés pintar, no te estanques, seguí. Así que le saqué punta a los lápices y con un libro de mandalas para pintar, me entretuve toda la noche, mientras, claro, seguía las series que se han vuelto mis aliadas, compinches y cómplices de ésta pseudo depresión.

Aunque más que depresión yo lo siento como realismo. Ésta vez si que estoy jodida, sería una hipócrita si me pusiera a verle lo bueno a mi inerte situación.

Después de vomitar todo lo anterior siento que es posible que algo se mueva, que algo cambie. Y si no, dejaré un montón de mandalas y pinturas para que mi familia y amigos puedan tirar o llorarme cuando ya me haya ido (ni sueñen que sea pronto, hasta los 100, si es en buen estado, aquí me quedo).



Este es un viejo mandala, pintado para descargar una bronca muy aguda, hace un años y tanto atrás.

Éste es otro encontrado en el libro. ¡Qué colores! Ayer lo hubiese pintado de gris y negro.

Ayer fue el primero que salió. Mi hija al verlo me dijo: "Aburrido y ese marrón si que queda feo". A mi me gusta, todo.
Éste fue grato pintarlo, sin embargo los cuadrados de color marrón extraño me dieron un trabajo enrome, pues no me decíadía por qué color ponerle y le puse todos los que tuve ganas... cuestión, quedó un marrón creepy... o crappy.
Y éste último, es como una semilla que promete un cambio ¿o será que tanto lo deseo que lo veo en todo? No se,  sentí como si una parte de mí que hace mucho no habitaba hubiese vuelto a su lugar. Capaz algo sí cambió y ahora sólo resta ver las consecuencias de alguna remota, anónima y pequeña acción que, cual efecto mariposa, logre cambiar el rumbo actual de mi existir.