Y si resulta que no habrá nuevo esposo... Aún no logro desinstalar completamente de mi corazón al papá de mi hija y siento cada vez menos motivos para intentarlo.
Igual, como me prometí, seguiré haciendo todo lo que esté a mi alcance para pasar la página... aunque más sano mi corazón y más a gritos lo reclama.
¿Será muy agarrado de los pelos pensar en reconciliar? O peor aún, quedarme sola rogando el milagro de un intento más... Nada hay imposible para Dios, menos aún si se trata de amar.
Sólo el tiempo y el Templo marcarán el camino a seguir y con quién.
Me quedo aquí, en silencio, pretendiendo escuchar algún susurro que me guíe hacia la voluntad de mi Padre Celestial.